viernes, 3 de abril de 2015

Esto fué todo amigos

Bueno. Pues esto se acaba.
 
Primero quiero dar las gracias a todos los que habéis seguido este Blog: Amig@s, conocid@s, desconocid@s y por conocer... Que me habéis dado ese empujoncito que me hacía falta a veces para seguir.
 
A todos lo que me habéis acompañado unos kilómetros y los que me habéis dado conversación.
 
A la Zarigüeya, que nos hemos hecho sufrir, pero ha subido donde casi no suben los helicópteros, que le hecho correr por el ripio hasta partirla y se ha pegado un buen baño de sal, pero ha conseguido hacer el viaje para el que nació, y se jubila en Sudamérica, como muchos europeos. Creo que estará bien; está en Antofagasta. Una ciudad con playa y buen tiempo todo el año. Se va con más de cien mil km y seguiría andando perfectamente otros cien mil.
 
A Wences, que le he vuelto loco con mi torpeza con la tecnología y le he hecho currar de lo lindo. Pero cómo es un artista, ha conseguido que esto quede medio decente…
 
Y sobre todo a mi familia y mi chica Natalia, que me permiten y me apoyan en estas locuras, que me da por hacer.
 
Nunca he escrito nada. Algunas cartas cuando estaba en las fuerzas armadas. Cómo a un amigo que ahora hace sus pinitos con la poesía, siempre me suspendían en literatura. Y del periódico sólo leo don Celes y Mafalda. No hago ni la sopa de letras.
 
Espero que lo hayáis pasado por lo menos la mitad de bien y de mal que yo, leyendo mis relatos.


En estos casi tres meses viajando por América, me he encontrado gente buena, gente amable, gente graciosa y gente que está en este mundo, porque tiene que haber de todo... Cómo en todos los lados. Pero en general el trato ha sido muy bueno y me he encontrado a gusto.
 
Este viaje no ha sido aburrido para nada. Me ha estado poniendo a prueba continuamente y gracias a eso, he tenido menos problemas para escribir. Si no tendría que haber hablado del tiempo.
 
He manejado la moto los sitios increíbles. Me he encontrado en todo tipo de situaciones, inundaciones en el desierto, incluso un terremoto. Que más se puede pedir por este precio.
 
He tenido momentos buenos y malos. Pero hasta los malos cuando se superan, se hacen buenos. A veces los mejores.
 
No sé cuantos km habré hecho. Tampoco importa mucho. He hecho los suficientes, no tengo que batir ningún record. Siempre hay a alguien más guapo, más alto y más listo. En mi caso tampoco es complicado.
 
También dije que iba a enseñar mi equipo fotográfico.


Ahí lo tenéis en la foto. Es ese viejo teléfono de botones y la mini-cámara del casco. No hay más. El soporte, trípode o lo que sea,  es de cosecha propia.
 
Ya no tengo que hacer nada, simplemente montarme en el avión y dejarme llevar. En unas horas estaré otra vez en Euskadi con mi gente paseando con mi perrilla. Y me acordaré de toda la gente que se ha quedado aquí y los que siguen viajando, cómo Matías. Dónde andará, se habrá comprado ya un casco en condiciones? o estará vendiendo el cupón de la O.N.C.E. Cada vez que iba conduciendo, granizando o a cero grados, me acordaba de él.
 
Pues esto ha sido todo. Espero que os haya gustado y cómo digo siempre después de un viaje de estos:
 
Este es el último...
 
Agur! Nos vemos en Euskadi!


Ya podéis aplaudir.

 
Poco tengo que añadir yo a lo escrito por Juan, pero si quería también despedirme de todos vosotros. Han sido 82 publicaciones, tras las que hay muchos desvelos, preocupaciones, nervios, dedicación, pero sobre todo, mucha ilusión por estar a la altura desde aquí con mi compromiso de dar a conocer las aventuras de Juan.
 
Agradeceros de veras vuestra fidelidad en el seguimiento y comentarios a las crónicas. Cada vez que veía el contador de vuestras visitas, como con el paso de los días iba en aumento, y ver que en este momento contabiliza ya 12.970 visitas, ha sido para mí una gran motivación.
 
Efectivamente, al igual que dice Juan, después de una cobertura como esta, yo también digo: esta es la última… Pero habrá más viajes, seguro, lo que no sé es si serán merecedores de otro Blog como éste, o no estarán a la altura.
 
Hasta siempre, W



jueves, 2 de abril de 2015

Volar y volar

Voy a escribir un poquito porque si no Wences se me enfada.
Estoy en el aeropuerto de Antofagasta esperando el vuelo hacia Santiago.

 
Desde ahora, toca volar y volar.
 
He estado un día sin escribir, porque después del viaje que he pasado, escribir de cómo paseo por la playa y del sabor del helado que me estoy comiendo, como que no es muy interesante.
 
Si estallara un volcán, se llevara por delante un tsunami a Antofagasta, o alguna cosilla de esas, pues sería un poco más interesante.
 
 
Aquí estoy, llevando una vida de jubilado en Torrevieja, pero sin el baile de los pajaritos…


He repasado un poquito el viaje. Desde que empecé en BsAs, ahora me parece que ha pasado rapidísimo...
 
Os imagináis que os digo que ha sido todo un montaje y que no he salido de Sope? Me lo he inventado todo y photoshop…
 
Cómo va a haber tanto terremoto, inundaciones y problemas con la moto y la altura... Juntas de culata que explotan y conejos gigantes... No sería el primero!


Estoy aquí sentado y no me había dado cuenta hasta ahora de la mierda que tienen los pantalones. Y de las botas ni te cuento. Todavía tienen sal de Uyuni. Eso que les di con la manguera, les ha llovido un montón y les he pegado una pasadita con agua en la ducha. Tendré que intentar lavar los pantalones un poco en Santiago. A ver si consigo un hotel con ventana para ponerlos a secar. Es lo que tiene llevar un equipaje minimalista. Pero tampoco me preocupa demasiado.
 
Igual el Ferrari, tampoco era tan malo!
 
Pues no... no hay ventana.
 
 
30-03-2015

miércoles, 1 de abril de 2015

La despedida

Se acabó, no puedo seguir. Este viaje me está poniendo a prueba, pero de verdad. Están todas las carreteras cortadas, no hay gasolina, esto es un caos total. La única forma que tengo de salir de aquí es por avión. Así que, sintiéndolo mucho, me tengo que deshacer de la moto. La tengo que cambiar por un billete de avión a Santiago de Chile, donde enlazaré con los vuelos que me llevarán de regreso a casa.
 
Me ha quedado una sensación extraña. Ayer tuve un día intensísimo, con toda la adrenalina a tope, y hoy dejo la moto y me voy con las manos en los bolsillos… ya está?... ya se acabó?...
Cuando llego a casa montado en la moto, es cómo si se fuera acabando el viaje poco a poco. Pero así, se acaba de golpe…
Paseando como uno más...
No tengo que ir escuchando la moto, por si hay algo que va mal, ni al despertarme pensar... Donde acabaré hoy?... o si comeré...
 
En homenaje a mi fiel compañera la Zari, os pongo a continuación unas fotos y vídeos inéditos, de buenos momentos con ella:

http://youtu.be/168HnC2-fNo
 
 
 
http://youtu.be/zeWNaoEVo94
 

La última foto antes de la despedida
 
Por lo demás, no hay mucho que contar. Iré a darme un paseo por Antofagasta, que parece interesante y no mucho más.





El lunes cojo un avión para Santiago de Chile. Estaré allí un par de días, para tomar el típico café con piernas y para casa.
 
Ayer hice bien en ir para atrás. Están los pueblos por los que quería que pasar sepultados por el lodo. No hay nada. Ni agua ni energía. En Copiapó hay toque de queda a partir de las nueve. Cómo no veo la TV, no pensaba que era para tanto.

A ver si puedo llegar a Santiago en avión. Todavía no me han confirmado el billete. Ya la próxima vez que escriba será desde Santiago, para no aburrir.


Aquí ya a dar paseos para pasar el tiempo.
 

28-03-2015

martes, 31 de marzo de 2015

Otra que hemos librado

Hoy me pongo en marcha prontito, porque me temo que va a haber alguna sorpresita, que día no la hay!
No ha llovido hace dos días, espero que las carreteras estén en condiciones, porque no me queda mucho tiempo.
No desayuno, para no perder mucho tiempo y arranco para la R5, que es la carretera principal que recorre el país de norte a sur. Hace fresquito y voy sólo por la carretera, no hay casi nadie y empiezo a sospechar...

 
 
Me cruzo con algunos coches que parecen que van pintados de color tierra. Sigo para delante a ver qué pasa.
 
 
Cuando paso por delante de una gasolinera, la veo completamente enfangada y no hay gasolina, porque los depósitos se han llenado de agua.
 
 
Sigo y paso por un control de carabineros, que no me paran ni me dicen nada. Hay algunos camiones y camionetas parados, pero yo sigo.
Pasados unos km empiezo a pensar que no estoy haciendo lo que debía, veo una camioneta parada y el hombre echando gas-oíl de una garrafa. Me explica que no hay ninguna gasolinera y la carreta está cortada. No se puede pasar, pero no tiene noticias de su hijo y va a buscarle.
Yo doy media vuelta, porque ya no tengo mucha gasolina, voy a ver si donde los carabineros puedo conseguir algo, para ir hacia algún lado.


Los carabineros no dan ningún tipo de explicación y todos los vehículos que hay, son de gas-oíl y tampoco van muy sobrados.
A mí, el último bidón de reserva, se me pinchó y no he comprado ninguno, porque se suponía que lo que quedaba iba a ser un paseo por carreteras civilizadas.
Pero América siempre tiene una sorpresa para mí.


Ahí estamos todos dando vueltas, hablando todos con todos. Yo sólo quiero un poco de gasolina para moverme de ahí. Estamos en mitad del desierto. No hay nada en cientos de km.

http://youtu.be/REMs-sS8quI

Hay un camión que transporta coches, pero no está el conductor para ver si me da un poco de gasolina de algún coche. Habrá que esperarle.


Pasa el tiempo y llega el conductor. Le intentamos sacar gasolina a un coche, pero no podemos. Ayer les dio gasolina a unos brasileños, de un Jeep que lleva, pero las llaves las tiene su compañero que se ha ido. A esperar otra vez.
Viene un camión grúa para llevarse a otro camión, y me dice el conductor que el va a Antofagasta, pero tiene que cargar el camión que no se qué le pasa, pero llevan unas horas para cargarlo. También me dice que salga por la ruta, y si me ve parado me recoge. Lo que no sé es cuánto va a tardar en salir...
 
Ya es tarde y decido irme y ver qué pasa; entonces llega el compañero del otro camión con las llaves del Jeep y le conseguimos sacar 2 litros. Es lo que hay.
Me voy hacia Antofagasta, pero sé que no voy a llegar, pero como siempre, algo pasará. Aquí quieto no va a pasar nada...
Pongo reserva muy pronto. Tenía menos gasolina de lo que creía. Voy a 60 por hora agachado. Así voy a tardar más de 4 horas. Hay más de 200 km de desierto, sin absolutamente nada. Ya se me está parando la moto y ni rastro de la grúa. A lo lejos veo un camión del ejército parado. Voy a detenerme ahí, por lo menos estoy acompañado. Hay sólo un soldado, es el camión médico, que se ha averiado y está esperando a que vengan a buscarle; también está sin radio. Le pregunto a ver si tiene gasolina y me contesta que va a petróleo. Es como le llaman al gas-oíl aquí, pero se acuerda de que igual tiene algo de gasolina para el generador, y saca una garrafa con algo de gasolina. Echamos tres litros o poco más. Hay que dejar algo. Me despido de él, no me cobra nada y sigo a ver qué pasa. Pruebo a ver si anda con el grifo en abierto, pero dura doscientos metros. Voy a 50 por hora agachado. Menos mal que no pasa casi nadie y los que pasan no me conocen... Porque ya dirán, menudo Angel Nieto venido a menos...
Me quedan 100 km para la gasolinera. Al sol ya lo tapan las montañas y ni rastro del camión grúa. La situación es un poco angustiosa. Si se me para la moto aquí y se hace de noche, no creo que pare nadie y ni he comido ni bebido desde ayer a las ocho de la tarde. La botella de agua que tenía la he usado para la gasolina. Para dormir aquí estoy demasiado expuesto, y por la noche la temperatura bajará de cero grados. Parece mentira que la moto siga andando con tan poca gasolina. Yo creo que sólo esta mojado el depósito. Veo un anuncio de gasolina a 6 km que me parecen 20... Pero llegamos.
 
Otra que hemos librado! Esta vez gracias al ejército. Y a la coincidencia que se me parase la moto ahí y hubiera gasolina para un generador…
 
27-03-2015

lunes, 30 de marzo de 2015

The beach

Parece que sale un poco el sol. Voy a recoger rápido por si llueve otra vez. También parece que hay un poco de señal de Internet, pero va y viene, lo justito para mandar alguna cosa. No sé si habrá llegado, pero yo me voy…
 
A la moto no le queda mucha rueda, pero llevo dos días metido en la carpa y tengo ganas de andar en moto. Hasta la lona, tengo margen.
 
Rumbo a Santiago, primero tengo que pasar por Antofagasta y en cuanto salgo de Calama. Parón!


La ruta está cortada por inundación. De sorpresa en sorpresa. Nunca puedes saber cuánto vas a tardar en llegar a un sitio.
Dicen que igual se abre a las tres y son poco más de las diez. Yo aquí no me quedo esperando, voy a ir por donde vine, para coger la R5. Hay que subir un saltito de 3.000, hay niebla y mucha tierra que ha arrastrado el agua en el asfalto. En el cruce de la R5 me dicen que también está cortada por ahí.
Pues sí que va a estar complicado.


Tiro hasta la costa y la voy bordeando. Parece que por aquí está limpia la cosa, hace bastante bueno.

El paisaje está muy bien. Es el desierto y el Pacífico, que no es tan pacífico, hay buenas olas.


Paro a comer en un txiringuito, que me dan muy bien de comer y muy barato, y el entorno no deja de ser impactante.
 




Hablando con el dueño del restaurante, me dice que a partir de Antofagasta, están cortadas las carreteras y que esta noche va a llover más.
 
Yo le digo si no llegaré en una semana a Santiago...



El no me dice ni que sí, ni que no. Dice que se han desbordado ríos que no llevan agua hace 100 años. Y se desbordan cuando paso yo...
 
En las gasolineras ahora no se puede pagar con tarjeta y me queda poco efectivo; además, pocos cajeros dan dinero. Habrá que racionarse.
 
En Antofagasta, intento ir por la cara que va pegada a la costa, pero en un momento se corta. En mi mapa viene cómo que existe, pero no. Doy media vuelta porque he visto un camping saliendo de la ciudad. No es muy tarde, pero si me empiezo a liar buscando alguna carretera, sí se me va a hacer tarde y no llevo nada de comida.
 
El camping es cutre, cutre y me cobra bien...


El encargado es un pasotilla chistoso, pero me ha visto el euro gravado en la cara.

 
Está justo en la playa. Que hay unas olas que para el que le guste el surf sin mariconadas, aquí tiene el sitio.
Que olas más guapas!


 
 
Es un buen sitio para venir en una furgo 5 amigos, con un par de motos de motocross, unas tablas de surf, la nevera llena de birras, un poco de maría para el que guste y Bob Marley.
 
 
Hay por detrás unas montañas de arena para darle al puño buenísimas.


Yo no creo que llueva mañana. Supongo que habrán limpiado las carreteras y se podrá pasar...
Tengo un avión que coger.

26-03-2015

El agua del desierto

Ha estado lloviendo por la noche y sigue lloviendo por la mañana. Estoy sólo en el camping. Qué diferencia, hace unas semanas, tampoco había demasiada gente, con muchísimo calor.
Yo desmontando y montando la moto todo el día y venga a probarla.


Ahora estoy sólo sin mucho que hacer. Voy a limpiar un poco el material, porque así igual no me dejan entrar en el avión.
Me voy al pueblo a desayunar y dar una vuelta, ahora que parece que no llueve mucho. Cuando estoy en el pueblo, vuelve a llover y estamos sin teléfono, y en algunas partes sin luz.
Tampoco me extraña, si veis cómo están todos los cables colgados de los postes, todos por fuera y con empalmes raros, lo raro es que funcione alguna vez… No me gustaría ser el que lo tiene que arreglar. A ver por donde empiezas...
Pillo una buena chupa para llegar al camping. Tampoco llueve tanto, pero está todo inundado. Si no pararía de llover en tres meses como en Euskadi, tienen que salir en submarino.
Aquí estoy, tumbado en la carpa, esperando que deje un poquito de caer agua, así aprovecho para escribir algo.
Me ha dado un respiro de una hora la lluvia y también he podido hacerle algo a la moto. Pero otra vez ha empezado y para la carpa otra vez. Hoy me paso el día debajo de la lona.

 
Tendré que salir a cenar, pero hasta el pueblo hay una tiradita y no hay mucho sitio para parar la moto en el centro. Tendré que vestirme de moto para ir al híper a comprar algo. Aunque es más caro o igual, comprar en el híper que ir a un bar a comer.
Hoy no va a haber muchas fotos.
La moto ya no tiene las ruedas para muchas alegrías. Había pensado en dejarla aquí. Ya veremos mañana con que ánimo me levanto y pienso lo que hago...
Ya he cenado y sigue sin venir Internet.
 

25-03-2015